Es un placer. Leer es un placer. Escribir es un placer. Sobre todo leer y escribir "en colores".
Académicamente recibí formación como traductora y crítica literaria (ya que ser docente no me gusta). Fue en esa época que decidí ganarme la vida con las traducciones y dejar la literatura para disfrutarla. También fue en esa época que entendí que el escritor nace, no se hace; y me sumé a quienes consideran que un crítico es un escritor frustrado.
No me gustan los talleres ni las escuelas literarias. Creo que los buenos escritores simplemente expresan lo que sienten, como lo sienten o como se lo imaginan. No hay reglas gramaticales para grandes escritores, ellos tienen licencia poética o experimentan todas las formas de estirar, encoger, adaptar, el idioma en el que escriben, cambiando ortografía, puntuación, sintaxis, para expresarse. ¡Y les queda bien! Y su nueva forma de escribir es aceptada y hasta admirada por sus lectores.
Tampoco creo que haya géneros mayores y menores, porque considero que literatura es lo que me gusta a mí. En mi época de estudios, mientras nos enseñaban "El llano en llamas" de Rulfo o a Felisberto Hernández, yo quería leer toda la serie de "Los tres mosqueteros" de Dumas (¿y qué? nada me hizo llorar tanto como sus muertes); mientras analizábamos "Madame Bovary" de Flaubert, yo quería preparar la monografía sobre Chrétien de Troyes, el que inventó en el siglo XII a Sir Lancelot du Lac y desarrolló mucho el ciclo del Rey Arturo.
Prefiero la prosa a la mayoría de los poemas, pero hay grandes, enormes excepciones. El soneto de Baudelaire "Correspondences", me llegó al fondo del alma:
"La Nature est un temple où des vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles
L'homme y passe à travers une forêt de symboles
Qui l'observent avec des regards familiers.
Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse e profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.
Ils est des parfums frais comme de chairs d'enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
Et d'autres, corrompus, riches e triomphants,
Ayant l'expansions des choses infinies,
Comme l'ambre, le musc, le benjoin et l'ences,
Qui chantent le transports de l'esprit et des sens.
Mientras lo transcribo, me fascina de nuevo. Habla de símbolos, de correspondencia entre los distintos sentidos, de opuestos, de cosas infinitas, de lo exótico. "La Naturaleza es un templo donde pilares viviente dejan a veces salir palabras confusas..." ¡Me encanta! (este tema continuará...)
Académicamente recibí formación como traductora y crítica literaria (ya que ser docente no me gusta). Fue en esa época que decidí ganarme la vida con las traducciones y dejar la literatura para disfrutarla. También fue en esa época que entendí que el escritor nace, no se hace; y me sumé a quienes consideran que un crítico es un escritor frustrado.
No me gustan los talleres ni las escuelas literarias. Creo que los buenos escritores simplemente expresan lo que sienten, como lo sienten o como se lo imaginan. No hay reglas gramaticales para grandes escritores, ellos tienen licencia poética o experimentan todas las formas de estirar, encoger, adaptar, el idioma en el que escriben, cambiando ortografía, puntuación, sintaxis, para expresarse. ¡Y les queda bien! Y su nueva forma de escribir es aceptada y hasta admirada por sus lectores.
Tampoco creo que haya géneros mayores y menores, porque considero que literatura es lo que me gusta a mí. En mi época de estudios, mientras nos enseñaban "El llano en llamas" de Rulfo o a Felisberto Hernández, yo quería leer toda la serie de "Los tres mosqueteros" de Dumas (¿y qué? nada me hizo llorar tanto como sus muertes); mientras analizábamos "Madame Bovary" de Flaubert, yo quería preparar la monografía sobre Chrétien de Troyes, el que inventó en el siglo XII a Sir Lancelot du Lac y desarrolló mucho el ciclo del Rey Arturo.
Prefiero la prosa a la mayoría de los poemas, pero hay grandes, enormes excepciones. El soneto de Baudelaire "Correspondences", me llegó al fondo del alma:
"La Nature est un temple où des vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles
L'homme y passe à travers une forêt de symboles
Qui l'observent avec des regards familiers.
Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse e profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.
Ils est des parfums frais comme de chairs d'enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
Et d'autres, corrompus, riches e triomphants,
Ayant l'expansions des choses infinies,
Comme l'ambre, le musc, le benjoin et l'ences,
Qui chantent le transports de l'esprit et des sens.
Mientras lo transcribo, me fascina de nuevo. Habla de símbolos, de correspondencia entre los distintos sentidos, de opuestos, de cosas infinitas, de lo exótico. "La Naturaleza es un templo donde pilares viviente dejan a veces salir palabras confusas..." ¡Me encanta! (este tema continuará...)
Querida amiga!! En primer lugar te cuento que me siento una intrusa al haber ingresado a tu blog a través de la invitación a MPB, pero me tomé esta "licencia" porque realmente quería leerte, quería conocer tu forma de escribir y te puedo decir que sentí el mismo o mayor placer que el de escucharte hablar. Me sirvió para confirmar que tu redacción es tan grata como tu dicción, es clara pero llena de significados, el empleo acertado de las palabras y el misterio me atrapan. Mi primer impulso fue llamarte por tel. pero sucumbí ante este espacio que nos propones...ahhh! la tecnología!! la acepto pero no quiero que perdamos la capacidad innata de hablarnos, vernos y compartir. Dicen que "El buen lector, es aquel, que al terminar un libro es capaz de escribir una página más", a ti te imagino escribiendo. Es así??. RO.
ResponderEliminar¡Bienvenida, Ro! Me encanta que me visites en mi "casa literaria" y espero nunca aburrirte.
ResponderEliminar