lunes, 26 de abril de 2010

La Marcela

Respondiendo a Renée

Me parece que no hay Marcela en Estados Unidos. Investigué un poco y te cuento lo siguiente:

Su nombre científico es Achycocline Satureoides (esta sería la Marcela hembra). Hay Marcela blanca y Marcela amarilla. Hay Marcela hembra y Marcela macho, pero especialmente es la Hembra la que se usa como planta medicinal.

Como ya te comenté, tradicionalmente se junta en Viernes Santo la Marcela para todo el año, ya que es más o menos en esa época que sus flores están "a punto". Antiguamente se salía a recoger Marcela llevando como bastón un palo con un clavo en la punta, para matar víboras, representación del mal, volviendo con grandes matas de Marcela ¿representación del bien?.

Es la hierba medicinal más usada y conocida en Uruguay. ¿Quien no se ha tomado un digestivo tecito de Marcela, o ha puesto algunas flores en el agua del termo para tomar mate con Marcela? Seguro que, por lo menos, te acomoda el estómago... Aunque leí que la Marcela de playa, de color amarillo, es la mejor para el colesterol.

Tiene muchos otros usos en fitoterapia. Cito el folleto "Hierbas Medicinales" de la Yuyería La Selva, y el libro "Plantas que curan" de los Dres. José Caribé y José Ma. Campos, en los que se menciona su origen ("Sur de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, muy común en pasturas nativas, bordes de caminos y terrenos baldíos", hay de sierra y de playa), sus partes empleadas ("Inflorescencias") y sus propiedades ("Disfunciones gástricas y digestivas, es antiespasmódica, sedante, inmunoestimulante - se estudia su potencial uso como antiviral (AntiHIV) - para la arterioesclerosis y disminuir el colesterol"). También se dice que es buena para los diabéticos, "pues regula la fabricación y combustión de azúcar en el organismo"; se han hecho estudios que demostraron sus propiedades antiasmáticas, antioxidantes, antiherpéticas, antimicóticas, analgésicas, antiinflamatorias, antibacterianas y hasta ¿recuperaría neuronas?!

Se usa también en cosmética (existe una línea de cremas anti-edad a base de Marcela) y se cuenta entre las flores que tratan las emociones en Medicina Bio-energética MBU, donde se la utiliza en depresiones y shocks traumáticos, para ayudar a las personas a recuperarse y seguir adelante.

En resumen, ¡una maravilla la Marcela!

domingo, 25 de abril de 2010

Paradojas

Llueve y hace frío. Escribo en un lugar sin electricidad. En realidad, anoche "me observaba desde afuera" escribiendo en mi nueva computadora de última generación, alumbrada por la luz de un candil, porque el generador se rompió. Me acompaña la radio a pilas, están recitando un "compuesto", una historia de dramas camperos que casi siempre terminan dramáticamente, a veces haciendo una cruz de cuchillos en un duelo criollo.

Estoy a muy pocos quilómetros de la "civilización", pero a años de la misma en varios sentidos. Al no haber llegado todavía la electricidad que, en general, todos damos por sentada en nuestra vida cotidiana, es necesario buscar soluciones alternativas para temas resueltos que se convierten en problemas, como por ejemplo la conservación de los alimentos (¿ heladera a supergas? ¿compramos hielo?), darse un baño caliente (¿calefón a supergas? ¿calentador de alcohol? ¿calentar agua y darse un baño de "balde ducha"?), la televisión cable (imposible tenerla, sólo tenemos acceso a dos canales de aire), y ni hablemos de un horno microondas (que dicho sea de paso, no me gusta) y demás electrodomésticos. El generador a nafta sólo se prende después de caer la noche.

Pero la falta de electricidad y en consecuencia, de televisión el día entero, hace que se descubran otras cosas muy buenas que quedan en general olvidadas, principalmente las charlas en familia.

Dejo por aquí mis reflexiones para no gastar toda la batería de la computadora, y porque escucho el sonido de las chispas en la estufa a leña recién encendida. Quiero acercarme a ella porque llueve y hace frío.

jueves, 22 de abril de 2010

El Citroen 11 Ligero


El automóvil se estacionaba frente a la casa de Bulevar España, aquellos domingos en que "las chicas" venían a pasar la tarde jugando con las abuelas al rummy-canasta. Era negro y muy brillante. De él descendían las dos señoras (señoritas), mayores, elegantes y canosas; parecían tan independientes... La niña se asombraba, ¡una de ellas manejaba!, la de la gran nariz aguileña...

Eran dos amigas que las tres abuelas recibían con toda efusividad (tiempo después la niña descubrió que eran parientes de los parientes de Salto). Con curiosidad, las veía llegar desde la ventana de la habitación que llamaban el Escritorio, y oía que se saludaban unas a otras al abrirse la puerta de calle para dejar a "las chicas" pasar; después las veía entrar por la puerta de la izquierda, la del lado de la Sala y venir hacia donde ella estaba, muy altas, flacas y conversadoras.

Entonces comenzaban los preparativos. Hacia la izquierda del Escritorio, armaban una mesa cuadrada con la parte superior de fieltro verde, se sentaban en torno a ella y comenzaban a jugar, charlar y comer algunas delicatessen que tal vez “las chicas” habrían traído.  Abú se sentaba de espaldas a la gran ventana que daba sobre Bulevar España, con Tata a su derecha, y "las chicas" en los otros dos lados de la mesa, mientras Mama, sentada en su sillón de color chocolate, en la otra punta del Escritorio pero también junto a la ventana, participaba en las conversaciones y al mismo tiempo miraba y criticaba a todos los que pasaban por la vereda, en un Bulevar España muchísimo más tranquilo que el de hoy (circa 1960).

La niña se seguía asombrando...¡Las abuelas tenían amigas! ¿Entonces las personas viejas también tienen amigos? La tarde iba pasando entre "manos" de baraja y charlas. Al caer la nochecita, se levantaba la mesa de rummy-canasta, “las chicas” se despedían hasta el domingo siguiente, volvían a subir a su reluciente auto negro (¡las puertas se abrían al revés!) y se marchaban Bulevar España abajo hacia donde la niña ni siquiera se preguntaba adonde.

martes, 20 de abril de 2010

En estos días han pasado cosas de las que es mejor no hablar, porque nombrar algo es crearlo y yo no quiero ni pensarlo. Pero sin contarlo ¿como se podría exorcisarlo?

jueves, 15 de abril de 2010

Boitatá

Siempre que escucho la canción "Yaguatirica", me pregunto qué es Boitatá ("Yaguatirica, gato facero, ojos grelados de Boitatá").

Hace poco encontré la respuesta en esta leyenda, brasileña y colorida:

"Cerca de la orilla del mar y los ríos vive Boitatá, la serpiente que sobrevivió al gran diluvio que inundó la tierra. La enorme boa subió a la copa del árbol más alto y esperó a que las aguas volvieran a sus cauces. Sin nada que comer después de varios días, no tuvo otro alimento que los cadáveres de los hombres que arrastraba la corriente. Lo más apetitoso de los cuerpos eran los ojos, pero los ojos de los muertos guardan la última luz que han visto, que no es ni roja ni naranja, ni amarilla ni alegre, sino una luz fría, la luz de la tristeza. Por eso se dice que Boitatá es un animal triste.

Cuando se subió al árbol para sobrevivir al diluvio y mientras tragaba ojos y más ojos, la serpiente, sin saberlo, iba también tragando luz, la última luz que habían visto los hombres muertos. De tanta luz que tragó sin darse cuenta, su cuerpo comenzó a brillar, hasta que se incendió. Por eso, los hombres al verla la llamaron Mboi-tata, la serpiente de fuego. Desde entonces, recorre luminosa los campos, los bosques y los cementerios durante las noches de verano, en busca de ojos para comer, persiguiendo a los hombres con su fuego que no quema, pero que deja ciego a quien lo mira.


Hay quien dice que Boitatá es el espíritu protector de los campos, y que por eso no ataca a todos los hombres, sólo a aquellos que ya están muertos, para comerse sus ojos y llenarse de su luz, o a aquellos que intentan prender fuego el bosque o las cosechas"


De "Cuentos y leyendas de América Latina"

lunes, 12 de abril de 2010

De Terror

Y un buen día descubrí a Edgar Allan Poe y sus Historias Extraordinarias. Y tras él, al Drácula de Bram Stoker, al Frankenstein de Mary Shelley (que me dio pena más que terror), a H.P. Lovecraft y los mitos de Cthulhu con sus "narraciones de horror cósmico".

Lovecraft creó toda una mitología, "una historia de las numerosas razas de dioses, demonios, monstruos, hombres y entidades que han poblado la Tierra, que la pueblan y la han de poblar." La base de esta mitología es que, en épocas geológicas remotísimas, nuestro mundo fue habitado y gobernado por grupos de dioses diabólicos y divinidades benévolas, los Primigenios y la gran raza de Yith, quienes cayeron en discordia y se alzaron contra sus creadores, los Dioses Arquetípicos, primeros pobladores de los espacios estelares". Lovecraft creó también, varios libros imaginarios, el más importante de los cuales es el Necronomicon, supuestamente escrito en la Edad Media por el árabe loco Abdul Alhazred, al que hace relatar lo siguiente:
"Muchos y multiformes son los oscuros horrores que infestan la Tierra desde sus orígenes. Duermen bajo la roca inamovible, crecen con el árbol desde sus raíces; se agitan bajo el mar y en las regiones subterráneas, habitan los reductos más sagrados. Cuando les llega su hora, brotan del sepulcro de orgulloso bronce o de la humilde fosa de tierra. Algunos hay de antiguo conocidos por el hombre. Otros permanecen ignorados hasta el día terrible de su revelación. Tal vez los más espantosos y atroces no se han despertado aún. "

Más terrorífico que las descripciones de un monstruo determinado resultan estas alusiones a "oscuros horrores" que dejan campo a la propia imaginación. Existieron dos historias de este tipo que me produjeron literalmente pesadillas: el Wendigo, de A. Blackwood y la leyenda de El Monte de las Animas...¡de Gustavo Adolfo Becquer!

domingo, 11 de abril de 2010

Un amigo, un testigo

Del libro que estoy leyendo, La mujer justa de Sandor Marai:

"Y también fue el testigo de mi vida, eso lo habíamos hablado abiertamente muchas veces. ¿Sabes?, cada persona tiene a alguien, en el proceso misterioso y terrible de la vida, que es su abogado defensor, su acusador, su vigilante, su juez y al mismo tiempo su cómplice. Esa persona es su testigo. Es el único que te conoce de verdad, por completo. Todo lo que haces también lo haces en cierto modo para él y cuando tienes éxito te preguntas: "¿Se lo creerá?"... El testigo pasa toda la vida en el fondo de la escena. Es un compañero de juegos bastante incómodo. Pero no puedes -ni quieres tal vez- librarte de él"

Más que testigo, yo diría testigos, algunos de toda la vida, otros de largas temporadas, a veces perdidos y luego reencontrados. Aunque parezca estar hablando de muchas personas, son muuuy pocos. Recuerdo mis testigos desde la escuela y nuestros largas vacaciones compartidas, recuerdo mis testigos de adolescencia y juventud, aquellos que conocieron mi hogar de origen y luego la formación de mi propia familia, los que fueron entrando a mi vida en el trabajo, los que durante un tiempo vi muy seguido y luego continuaron por otros caminos, a las que después de muchos años reencontré (¡por Facebook!), los que llegaron hace relativamente pocos años y, last but not least... a Isabel, que se fue para siempre...

viernes, 9 de abril de 2010

Literatura (para M.P.B.)

Es un placer. Leer es un placer. Escribir es un placer. Sobre todo leer y escribir "en colores".

Académicamente recibí formación como traductora y crítica literaria (ya que ser docente no me gusta). Fue en esa época que decidí ganarme la vida con las traducciones y dejar la literatura para disfrutarla. También fue en esa época que entendí que el escritor nace, no se hace; y me sumé a quienes consideran que un crítico es un escritor frustrado.

No me gustan los talleres ni las escuelas literarias. Creo que los buenos escritores simplemente expresan lo que sienten, como lo sienten o como se lo imaginan. No hay reglas gramaticales para grandes escritores, ellos tienen licencia poética o experimentan todas las formas de estirar, encoger, adaptar, el idioma en el que escriben, cambiando ortografía, puntuación, sintaxis, para expresarse. ¡Y les queda bien! Y su nueva forma de escribir es aceptada y hasta admirada por sus lectores.

Tampoco creo que haya géneros mayores y menores, porque considero que literatura es lo que me gusta a mí. En mi época de estudios, mientras nos enseñaban "El llano en llamas" de Rulfo o a Felisberto Hernández, yo quería leer toda la serie de "Los tres mosqueteros" de Dumas (¿y qué? nada me hizo llorar tanto como sus muertes); mientras analizábamos "Madame Bovary" de Flaubert, yo quería preparar la monografía sobre Chrétien de Troyes, el que inventó en el siglo XII a Sir Lancelot du Lac y desarrolló mucho el ciclo del Rey Arturo.

Prefiero la prosa a la mayoría de los poemas, pero hay grandes, enormes excepciones. El soneto de Baudelaire "Correspondences", me llegó al fondo del alma:

"La Nature est un temple où des vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles
L'homme y passe à travers une forêt de symboles
Qui l'observent avec des regards familiers.

Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse e profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.

Ils est des parfums frais comme de chairs d'enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
Et d'autres, corrompus, riches e triomphants,

Ayant l'expansions des choses infinies,
Comme l'ambre, le musc, le benjoin et l'ences,
Qui chantent le transports de l'esprit et des sens.

Mientras lo transcribo, me fascina de nuevo. Habla de símbolos, de correspondencia entre los distintos sentidos, de opuestos, de cosas infinitas, de lo exótico. "La Naturaleza es un templo donde pilares viviente dejan a veces salir palabras confusas..." ¡Me encanta! (este tema continuará...)

miércoles, 7 de abril de 2010

Tarumán

Ayer anduvimos por el monte. Unos vecinos querían plantar un tarumán como el que hay en el jardín y que traje del monte, y había prometido mostrarles donde podían conseguir uno. Después de almorzar salimos de pala al hombro, tratando de no embarrarnos demasiado y de no pincharnos demasiado ya que el monte parecía estar más cerrado que nunca y bien erizado de espinas como para que no lo invadiéramos.
Iba tratando de identificar las hojas de algún tarumán grande entre las copas de los otros árboles (No, eso es una aruera – Buenos días, señora Aruera -, eso es un transparente ¿qué hace un transparente en el medio del monte nativo? ¡Estos pájaros!, no, ese chiquito tampoco, eso es una espina amarilla, mirá las espinas triples en los nudos donde salen las hojas, ¡allí, allí se ve un tarumán!!). Pero el tarumán estaba en un lugar muy tupido, en una parte sin caminos humanos por los que llegar. Pero...seguramente sí había caminos hechos por animales silvestres, entonces fue natural encontrarse de golpe gateando por uno de esos caminos bajitos. Fueron apenas unos segundos, pero súbitamente todo cambió. La perspectiva era totalmente distinta y un sentimiento diría que arquetípico me embargó. De golpe, esa pareció la forma natural de caminar y el lugar normal en el que estar. Lo primero fue alivio para la espalda que me había estado doliendo, después nuevas percepciones: de golpe aparecieron a la altura de los ojos rocas que antes no había visto, rocas con hendiduras que seguramente eran cuevas de vaya uno a saber qué animal, el suelo se sentía acolchado de hojas secas, era fuerte el olor a yuyos y a enriquecedoras hojas podridas, se veían semillas rojas de tarumán, que recogimos, se oía fuerte el ruido de agua saltando en alguna cascadita cercana. ¡Qué sensación de “agape”! No se exactamente porqué pero, ¡qué placer!.

Al fin encontramos una planta nueva de tarumán, y dos plantas de espina amarilla que llevamos para trasplantar a nuestros respectivos jardines; deshicimos el camino recorrido, de paso ellos también recogieron una chirca de monte para su jardín; están tratando de plantar todo tipo de plantas florales que les hayan recomendado como favorables para las abejas, porque están empezando a instalar colmenas. Se fueron encantados con lo que habíamos encontrado y yo me quedé encantada con las plantas que los vecinos me habían traído: además de la espina amarilla que dejaron plantada en mi jardín, un ceibo bastante grandecito (ese lo planté yo personalmente ya que según el Sistema MBU es el árbol de mi personalidad y en el monte serrano no hay), un espinillo (en el monte serrano tampoco hay) y un plumerillo rosado (que tampoco hay).


Y así terminó nuestra búsqueda. Para ese entonces ya estaba a punto de ponerse a llover en medio de rayos y truenos, se iba haciendo de noche, y con todo eso, ya era hora de entrar a la casa.

domingo, 4 de abril de 2010

Definiciones

En este lugar me defino por lo que me gusta.

Me gustan los libros, especialmente la literatura fantástica, principalmente en dos de sus vertientes: los cuentos de hadas para chicos y grandes, y la ciencia ficción.

Su tercera vertiente, las historias de terror sobrenatural, ya no me gustan tanto como antes, desde una vez que sentí que uno de los seres monstruosos de Lovecraft se iba a materializar ante mis ojos de tanto que había leido sobre él.
Creo realmente en el poder de la mente, en que lo que pensamos afecta nuestras emociones y hasta nuestro físico. Según leí una vez (y me pareció una comparación buenísima) nuestra vida es como un cuarto oscuro al que vamos iluminando con una linterna. Lo que vamos viviendo efectivamente es lo que ilumina el haz de esa lintera. Y podemos dirigir esa linterna hacia donde deseemos.
Intento dirigir ese haz hacia lo positivo, elijo la luz. Aunque sé que todos tenemos nuestra sombra y que en algún momento tenemos que encontrarnos con ella, trato por lo general de mantenerme del lado del sol. Espero así atraer hacia mi vida cosas buenas y sumar al número crítico que ayude a formar el nuevo paradigma.