sábado, 28 de agosto de 2010

Los Niños Cristal

Cualquier semejanza con alguien que conozcamos no es pura coincidencia

Estuve leyendo sobre los Niños Cristal. Transcribo la información que más me impresionó:

"Los Niños Cristal empezaron a aparecer en el planeta desde aproximadamente el 2000, aunque algunos llegaron un poco antes. Estos son niños extremadamente psíquicos, cuyo propósito principal es llevarnos al siguiente nivel de la nuestras evolución, y para revelarnos nuestro poder interno y divinidad. Ellos funcionan como una conciencia grupal en lugar de funcionar como individuos, ya que ellos viven por la "Ley de Uno" o Conciencia de Unidad, siendo una poderosa fuerza para el amor y paz del planeta.

Son extremadamente sensibles a todo su medioambiente: sonido, colores, emociones negativas, olores, comida, productos químicos, la ropa que visten, la violencia, la conciencia de grupo, las frecuencias electromagnéticas, destellos solares... Si un Niño Cristal se encuentra en un entorno agresivo, desequilibrante, con oscilaciones energéticas considerables y emociones exageradas, tienen a huir física o psíquicamente, ya que es insoportable para ellos.

Tan sensibles, que son profundamente vulnerables. Por este motivo pueden desarrollar una personalidad aparentemente fuerte y agresiva que les protege del exterior. Necesitan pasar tiempo en soledad, no viven bien en grupos pues pocos entienden su necesidad de soledad. Cuando no se respeta su soledad, se desequilibran y pierden la conexión con su Ser, que es la orientación que les mantiene unidos al TODO.

Deben entrar en comunión con la naturaleza y los elementos diariamente. El Espíritu de la Naturaleza les ayuda a equilibrarse y limpia las energías no armoniosas que les aturden profundamente. Simplemente no entienden “La inhumanidad del Hombre hacia el Hombre”, guerra, avaricia, codicia... pueden sentirse fácilmente abrumados por todo eso. Acostumbran a llorar cuando ven las imágenes insensibles que los medios lanzan de un mundo donde reina el caos en muchas ocasiones, y lloran cuando las escenas emocionales aparecen en cualquier lugar. Lloran cuando no consiguen comprender por qué el ser humano es como es.

Cuando un Cristal te mira, es como si hubiera penetrado dentro de tu alma.  Un Cristal llega a las profundidades de tu Ser cuando te mira y accede a ti por los ojos. Son las ventanas que le permiten conocer y re-conocer a los suyos, son las ventanas por las que encuentra el Ser escondido en cada persona para ayudarle a surgir de la profundidad.

Realmente necesitan muy poco de la crianza tradicional pues como son gentiles, prudentemente son capaces de decirte lo que necesitan, lo que es bueno o lo que no es bueno para ellos. Cuando son pequeños pueden decir “yo no puedo beber alcohol ni tomar drogas” y nunca las tomarán. La educación tradicional está fuera de sus esquemas. Pueden no tomar nunca drogas o alcohol o pueden llegar a convertirse en verdaderos adictos en búsqueda de las experiencias de amor y comprensión que necesitan tener y que no encuentran en una existencia de baja vibración, en un mundo que no les permite la luz.

A menudo evitan multitudes o centros comerciales. Demasiadas energías diferentes. No son amigos de visitar lugares donde se aglomeran las personas. No encuentran el sentido de hacerlo y las energías existentes les desequilibran sobradamente hasta el punto de tener que alejarse.

Sienten un amor profundo por los niños y los animales. Tienen una forma extraordinaria de conectar con las criaturas de la Creación. Están plenamente seguros de que los animales son seres energéticos, como ellos, y que merecen tanto respeto como cualquier ser existente. Cuando toman conciencia de ello, son incapaces de comer alimentos que sean el fruto de haber hecho sufrir a animales para ser comidos. Se sienten perfectamente armonizados con los animales de la naturaleza, llegándoles a amar con el mismo amor verdadero que pueden amar a un ser humano.

El agua es muy beneficiosa para limpiarlos y calmarlos: baños, duchas, cascadas, fuentes, lugares con agua y arenas... Necesitan el contacto con el agua tanto como el aire que respiran. En ocasiones son verdaderos peces nadando y se sienten muy armonizados en ella. Si no pueden estar en contacto con el agua, se desesperan y pierden su equilibrio. Requieren mucho agua pura y a menudo prefieren alimentos orgánicos frescos. Acostumbran a comer mucha fruta, verduras, ensaladas, vegetales crudos... que contienen mucho líquido y la naturaleza viva. Son especialmente amantes de las grandes y exquisitas ensaladas compuestas de multitud de colores y sabores.


Extremadamente empáticos, hasta el punto de saber lo que un desconocido está sintiendo. Para ellos saber y sentir lo del otro es tan fácil como sentir y saber lo suyo. Tienen una capacidad intuitiva extrema, muy superior a la mayoría y la utilizan sabiamente, es decir, sin necesidad de decirlo ni decirle a nadie que saben lo que está pensando o sintiendo.

Se sienten invadidos muy fácilmente, no respetados. Prefieren estar solos que tener su “espacio personal corporal” descuidado. Son muy vulnerables, así que se alejan de las personas dañinas que no comprenden su sensibilidad y no son capaces de respetarla.

Hay una inocencia, una falta de malicia, una pureza, debidas a la ausencia de ego en los Cristal. Básicamente no necesitan el ego malentendido para relacionarse con los demás y el mundo, y menos para posicionarse en él.

Pueden necesitar ayuda para aprender a conectar con su energía. Lo pueden hacer a través de actividades físicas, naturaleza, deportes, artes marciales, yoga o baile.

Tienen una conexión limpia con el yo superior, accediendo naturalmente a su guía superior, por esto saben la verdad de la Unidad espiritual. Es su estado natural, básicamente."

jueves, 26 de agosto de 2010

Pensamiento publicado en el diario de hoy:

"Al escribir proyectas tu mundo a tu medida"

Jesús Fernández Santos, escritor español

domingo, 22 de agosto de 2010

¿Que fue eso? ¿Un simple paseo? ¿Un ritual imperfecto? ¿Un cuento de hadas?...

           Después de almorzar, las mujeres decidimos salir a caminar por el campo, mientras el Abuelo, el Papá y el Hermano se iban a andar a caballo. Hace tiempo que siento un gran deseo de ir a los Lugares Mágicos pero, como siempre, ir al monte sola me da un poco de miedo, por los otros Seres Humanos invasores que se pueden encontrar por ahí.

            La Mamá, la Tía Melliza y la Madrina decidieron acompañarme a los Lugares Mágicos, y llevamos a la Bebé, de siete meses. La Mamá empezó el camino empujando el carrito de la Bebé cuesta arriba, pero no es fácil empujar un carrito subiendo hacia la sierra por el campo; además, había llovido hacía poco y todo estaba muy embarrado.

           Al final, ya llegando a los viejos Coronillas, las tías convencieron a la Mamá de dejar el carrito, que quedó estacionado junto a una mata de chirca, y la Madrina tomó a la Bebé en brazos. Como si fuera un ritual ¿de iniciación? el camino fue difícil. Había mucho barro, pasamos por varias vertientes que afloraron por lo mucho que llovió en estos días. Al pasar por ellas teníamos que elegir donde pisar tratando de buscar el camino firme que nos permitiera pasar. Al principio,  la Bebé dormía en brazos de la Madrina, después se despertó y miraba todo con curiosidad y en silencio.

          Un rato después llegamos al último alambrado que nos separaba del tramo final. Del otro lado, un gran barrial, parecía imposible pasar. Pero los árboles nos rodeaban, el camino estaba bien marcado como invitándonos a seguir, y  ya se sentía el rumor del agua corriendo con fuerza en la cañada. Decidimos seguir. La Madrina deseaba a toda costa llegar al agua, y a mí, como siempre, me llamaban con fuerza los Lugares Mágicos.

         Tras pasar el último barrial (¿última prueba?) el camino que faltaba siguió firme y vimos a la derecha la entrada al Altar. Entramos, y les expliqué que ese lugar era un vórtice de energía, que se sentían cosas especiales al sentarse a meditar alli. Nos sentamos sobre las piedras, conversamos sobre que esos eran el lugar y la situación ideales para llevar a cabo algún rito de iniciación femenina (si supiéramos hacerlo). Rodeando a la Bebé estaba toda la fuerza de las mujeres de su familia. Estaba la Mamá, estaba el poder del 3 representado por las Mellizas (una de las cuales es al mismo tiempo su madre) y la Madrina, representando también ellas tres el mandato familiar que le llega a la Bebé desde su abuela materna, y estaba yo, su Abuela paterna. Nos sacamos una foto de esa forma, todas rodeando a la Bebé.

        Hablamos tambíén de los mensajes del bosque, de lo que puede representar la presencia de animales silvestres (a la Madrina, que viaja en estos días, le llamó la atención un lindo ratoncito de campo de color miel que se escurría, ¿qué significará eso?), mientras un par de cuervos se acercó a sobrevolarnos ("¡Estos deben estar esperando que nos caigamos!", dijo la Mamá, que es muy racional y terrestre).

       De golpe, se oyó a lo lejos un disparo, haciendo eco entre los cerros y rompiéndonos el clima. ¡Qué desasosiego, aunque alguna de ellas comentó que estaba lejos! Decidimos salir del Altar y, ¿nos volvemos? ¿seguimos hasta el agua?. Finalmente decidimos seguir hasta la cañada y la Entrada de la Quebrada que vigilan un Tembetarí y un Tarumán.

        Llegamos, pedimos permiso a los guardianes para entrar, y como siempre al principio, se vieron rastros humanos: una botella de plástico entre los troncos podridos en la cañada, una parrilla colgada de un árbol y restos de un fogón. Más adelante, los olores, sonidos y árboles de la Quebrada, y el agua corriendo con fuerza porque había llovido hacía poco y venía bajando desde los cerros. Fuimos con la Madrina hasta la ribera para beber esa agua fresquísima y energizada que viene desde arriba. Cuando estábamos volviendo hacia donde estaban la Mamá y la Tía Melliza, oímos voces conversando, y vimos bajar por la quebrada ¡dos cazadores con escopetas!.

      Ahora sí que el clima de armonía se estropeó del todo. La Mamá se asustó muchísimo, pero se tranquilizó cuando vio que yo saludaba a los cazadores: eran dos muchachos del lugar, también mellizos, a los que conozco desde pequeños, pues su padre trabajó para el Abuelo como alambrador muchas veces.     

       Emprendimos la vuelta. A la salida de entre los árboles, estaban el Papá y el Hermano, que habían venido a buscar a la Bebé para llevársela en camioneta porque el camino estaba muy feo. La Mamá, las tías y yo volvimos a pie, disfrutando la fácil caminata de vuelta, siempre cuesta abajo.

       Hoy me desperté sintiendo que habíamos perdido la oportunidad de realizar algún ritual mágico de protección femenina para la Bebé Lila, en ese momento en que nos rodeaban todos los elementos  necesarios. Pero no supe cómo hacerlo. Por otro lado, como en los cuentos, los cazadores fueron los malos, y el Papá y el Hermano mayor los gentiles caballeros que vinieron al rescate.

sábado, 7 de agosto de 2010

Cosmogonias (...y III)

         Existen escritores y escuelas de escritores que crearon sus propios mitos e historias del origen del mundo. Aquí van dos ejemplos de la literatura anglosajona, el de H.P. Lovecraft y los Mitos de Cthulhu (inscritos en la tradición de los cuentos de miedo), y el de J.R.R. Tolkien y el Silmarillion.

        La tesis de Lovecraft es que, en época geológicas remotísimas, el mundo fue habitado por grupos de dioses diabólicos y divinidades benévolas. Mucho antes de que apareciera el hombre en la Tierra, ésta era habitada por los Primigenios y la gran Raza de Yith, quienes cayeron en discordia y se alzaron contra sus propios creadores, es decir contra los misteriosos Dioses Arquetípicos, primeros pobladores de los espacios estelares.

         La gran Raza de Yith, constituida por seres espirituales e inmateriales que parasitaban cuerpos ajenos, abandonaron las zonas terráqueas y huyeron hacia un muy lejano futuro. Los Primigenios, ya sin rival, quisieron dominar el mundo, combatieron con los Dioses Arquetípicos y les robaron ciertos talismanes y sellos y tablillas de piedra cubiertas de jeroglíficos. Pero los Dioses Arquetípicos los combatieron, vencieron y castigaron: el Gran Cthulhu es mantenido en letargo mágico en una ciudad cósmica sumergida en el Pacífico, Ithaqua fue desterrado a los helados desiertos árticos en donde un sello poderoso le impide escapar, Yog-Sothoth fue expulsado de nuestro continuum espacio-tiempo y lanzado al Caos junto con Azathoth quien, por haber sido el cabecilla de la rebelión, fue además privado de inteligencia y voluntad, y de formas similares sufrieron castigo los demás Primigenios Mayores y Menores.

       Pero, antes de ser derrotados en aquella primera guerra, los Primigenios Mayores habían engendrado una serie de sicarios infernales que desde entonces se esfuerzan por liberarlos de nuevo, cosa que hasta la fecha no ha conseguido hacer ninguno de sus seguidores humanos o inhumanos. Pero la siniestra posibilidad sigue ahí, latente...

     Para Tolkien, en cambio, en el principio estaba Eru, el Único, o Ilúvatar, y "primero hizo a los Ainur, los Sagrados, que eran vástagos de sus pensamientos y estuvieron con él antes de que se hiciera alguna otra cosa. Y les habló y les propuso temas de música; y cantaron ante él y él se sintió complacido"...A medida que cantaban de a uno y escuchaban a los demás "alcanzaban una comprensión más profunda y crecían en unísonancia y armonía", hasta que Ilúvatar los reunó y les dijo "Quiero que hagáis, juntos y en armonía, una Gran Música"..."yo me sentaré y escucharé". Entonces las voces de los Ainur empezaron a convertir el tema de Ilúvatar en una gran música, y al fin la música y el eco de la música desbordaron volcándose al Vacío y ya no hubo vacío. Ilúvatar escuchaba y durante un rato le pareció bien porque no había fallas en la música.

      Pero nació en el corazón del Melkor, uno de los Ainur a quien le habían sido dados los más grandes dones de poder y conocimiento, el deseo de entretejer temas de su propia imaginación, porque así acrecentaría el poder y la gloria de la parte que le había tocado. Grande era su deseo de dar Ser a cosas propias y había empezado a tener pensamientos propios, distintos de los de sus hermanos. Melkor entretejió algunos de sus pensamientos en la música e inmediatamente se alzó una discordancia y la música vaciló; algunos empezaron a concertar su música con la de Melkor y la discordancia se fue extendiendo, hasta que pareció que alrededor del trono de Ilúvatar había estallado "una furiosa tormenta, como de aguas oscuras que batallaron entre sí con una cólera infinita que nunca sería apaciguada".

     Ilúvatar, sonriendo, levantó la mano izquierda y un nuevo tema nació en medio de la tormenta, cobrando fuerza y adquiriendo una nueva belleza. Pero la discordancia de Melkor luchó con él, y hubo una guerra de sonidos más violenta que antes, y finalmente muchos de los Ainur se desanimaron y no cantaron más, y Melkor predominó. Ilúvatar, serio, levantó entonces la mano derecha y un tercer tema brotó de la confusión. Este nuevo tema era profundo, vasto y hermoso, pero lento y mezclada con un dolor sin medida, mientras que la música de Melkor había alcanzado una unidad propia, pero era estridente y poco armónica. Ilúvatar se puso de pie por tercera vez y "era terrible mirarlo a la cara". Levantó ambas manos y en un acorde más profundo que el Abismo, la música cesó.

     Ilúvatar llevó a los Ainur hasta el Vacío y les dio vista donde antes había habido solo oído, mostrándoles lo que habían creado con su música. Y los Ainur vieron "un nuevo mundo hecho visible para ellos, y era un globo en el Vacío, y en él se sostenía aunque no pertenecía la Vacío". Y mientras lo miraban, este mundo empezó a desplegar su historia y les parecío que vivía y crecía. "Y así fue, mientras esta visión del Mundo se desplegaba ante ellos, vieron que contenía cosas que ellos no habían pensado antes. Y vieron con asombro la llegada de los Hijos de Ilúvatar y las estancias preparadas para ellos" "porque los Hijos de Ilúvatar llegaron con el tercer tema, y no estaban en aquel que Ilúvatar les había propuesto al principio y ninguno de los Ainur había intervenido en esa creación". Los Hijos de Ilúvatar son Elfos y Hombres, los Primeros Nacidos y los Seguidores, y los Ainur los amaron, porque eran criaturas distintas de ellos mismos, extrañas y libres, en las que veían reflejada de nuevo la mente de Ilúvatar. Pero Melkor en verdad, deseaba someter tanto a Elfos como a Hombres, pues envidiaba los dones que Ilúvatar les había prometido; y él mismo deseaba tener súbditos y sirvientes, y ser llamado Señor... Algunos Ainur siguen morando con Ilúvatar más allá de los confines del Mundo, pero otros se despidieron de Ilúvatar y descendieron al Mundo a donde limitaron y sujetaron sus poderes. Y vieron que habían entrado en el principio del Tiempo, que el Mundo había sido precantado y predicho, y que ellos tenían que completarlo. Y hubo lucha entre Melkor y los otros Ainur por el dominio del Mundo.