A Rosana
Ayer, 24 de junio, a pesar de que estamos en invierno, a pesar de que es una tradición europea (será que nos viene de nuestras raíces) y jugando, jugando, celebramos con amigos la Fiesta de San Juan, y cumplimos algunos (poquitos) de sus rituales.
Leímos sobre el tema en dos versiones, una más histórica, otra más mágica. No estamos en el solsticio de verano, pero sí en el de invierno y podemos celebrar que los días empiezan a alargarse; las hogueras o fogatas cumplen perfectamente su simbolismo de representar al sol y darnos calor en una época del año en que lo añoramos mucho, porque hace mucho frío y oscurece muy temprano. Así que, tiramos papelitos con nuestros deseos a la estufa de leña que, por supuesto, estaba encendida y nos mojamos la cara con agua dejada al rocío para quedar más jóvenes y lindos (??).
En nuestras lecturas surgieron, por supuesto, referencias a la Hierba de San Juan que está mencionada como hierba medicinal especial para ese día. Pero no nos quedó claro en ese momento qué era y para qué servía.
Después de una pequeña investigación, aprendí que la Hierba de San Juan o Hipérico (Hypericum perforatum) es un arbusto originario de Europa pero adaptado al continente americano, de flores amarillas (hay mil fotos en Internet). Su nombre se debe a que, según la tradición mítica, la planta surgió de la sangre de San Juan Bautista luego de que fuera decapitado.
Muchos lo conocen por ser el único remedio natural que combate la depresión. Es un antidepresivo suave, que combate el insomio y la ansiedad. El hipérico mejora el estado de ánimo y aumenta la visión optimista respecto a lo que nos sucede.
Esta planta también es buena para aliviar malestares ginecológios, pues tiene un efecto sedante y antiinflamatorio. Gracias a estos efectos, es también eficaz para tratar infecciones crónicas en el estómago, la vesícula, el hígado, los riñones.
El aceite de hipericum es ideal para estimular la curación de heridas y quemaduras. Se prepara
a partir de la maceración de los extremos floridos, dejándolos en aceite de oliva (un antiguo libro de recetas con plantas medicinales dice "aceite de comer") durante quince días bajo el sol (el antiguo libro dice "exponiendo la botella al sol durante diez días"). "Cura llagas y heridas de mal aspecto".
El mismo viejo libro aconseja dar a los niños té de flores y hojas de hipérico para evitar que se orinen en la cama.
Pero la hierba de San Juan puede provocar alergias potenciadas por la hipersensibilidad a la luz, por lo que es preferible evitar la exposición solar prolongada después de consumirla.
En el sistema MBU se utiliza su preparación bioenergética para los miedos de origen desconocido. También cuando una persona se deprime debido a sus pensamientos negativos. Para el miedo al futuro por pesimismo y miedo a que las cosas vayan mal. Para los miedos nocturnos. Para aquellas personas que se despiertan en medio de la noche sintiendo pánico, y no saben por qué. Para los temores irracionales, indefinidos, temores del inconsciente sin causa conocida...